Todo cuidador necesita saber para generar conductas deseadas
Paso 1
Flexibilidad: es importante que aprendas a ver con una mirada flexible y pongas el foco en valores como la perseverancia y la intención que hay detrás de cada tarea o acto, los resultados llegarán y cada vez serán mejores si existe detrás estos 2 valores. Deja el control y utilízalo cuando lo consideres exclusivamente necesario. Si te consideras autoexigente, seguro controlas todo lo que te rodea, lo que significa que irás al detalle de las conductas, de las tareas, de como habla, como escribe, etc. Esto genera un ambiente tenso y terminarás tomando un estado reactivo.
Paso 2
Estar disponibles: que tu hijo sepa que lo escuchas, atiendes y entiendes, es fundamental para que baje la ansiedad, la demanda y la sensación que todo lo hace mal, recuerda que las experiencias que ha vivido donde seguro se ha dado
cuenta que hay muchas cosas que no le resultan, van calando profundamente su ser, destruyendo su autoestima, si no estás en condiciones de realizar un abordaje porque te sientes enojado (que es muy válido porque eres humano), dile a tu entorno que estas molesto, retírate y ve a tu habitación a leer, escuchar música, o alguna actividad que te permita tranquilizarte unos 10 minutos, busca apoyo en los integrantes de la familia, delega algunos deberes de la casa (si es posible), si estas en pareja divídanse los quehaceres y la crianza.
Paso 3
Mantén rutinas diarias: tener estructura nos permite organizarnos mejor, recuerda que nuestros hijos también aprenden con el ejemplo, si el/ella ve que eres organizada/o y planificada/o, se le hará familiar cuando incorpores sus propias rutinas a su vida, incorpora a todos los integrantes, es esperable que en un comienzo las nuevas rutinas generen discusiones, entre padres e hijos y en la pareja, esto se debe al monitoreo inicial que requiere, aquí solo te sugiero paciencia, permítanse el tiempo de adaptación para este cambio.