Yo al igual que tú me pasé mucho tiempo buscando una solución a las conductas disruptivas, a su alto nivel de movimiento y las dificultades cognitivas de mi hijo.
Anduve de médico en médico, todos con el diagnóstico claro TDAH, pero la solución siempre radicó en lo mismo, el medicamento. Tenía la convicción que ésta no era la solución a sus dificultades, por lo que me motivé a estudiar y encontré en la medicina natural lo que la tradicional no me dio.
Conocí herramientas como la terapia floral para armonizar su temperamento y modular sus conductas, la nutrición que aporto a su cerebro nutrientes específicos para mejorar la secreción de sustancias neurológicas esenciales y así tener mejor memoria.
Los estudios en psicología infantil me permitieron aprender a abordar sus reacciones y guiarlo a un estado de tranquilidad y reflexión, todo desde una crianza positiva y respetuosa.